sábado, 14 de julio de 2007

LA CENA DE LOS DISFRACES

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“Y usa siempre zapatos, no hagas ruido en la mesa, usa medias veladas y corbata en las fiestas... y en la fiesta de quince es mejor no olvidar una fina champaña y bailar bien el vals”.
PIES DESCALZOS, SUEÑOS BLANCOS / SHAKIRA
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Puntuales van llegando los invitados, calculando el momento perfecto para hacer más espectacular su entrada.

Todos luciendo una bonita máscara sonriente -que deben haber comprado en el mismo lugar, pues cada una es casi idéntica a las demás- y ataviados con adornadas prendas que, junto a las luces del lugar, emiten un constante brillo que más bien molesta.

Los saludos, de tan efusivos, harían pensar en viejos conocidos, pero tanta adulación no puede ser más que pura faramalla.

Todo es parte del mismo numerito tan bien aprendido de tantas veces ensayado: los abrazos tan estáticos, los gestos tan mecánicos, los bailes tan automatizados, las pláticas tan vacías, las sonrisas tan congeladas como las cabezas de quienes las ponen.

Perfecto. La ficción se logró.

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