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Pinches desgracias... cómo les encanta andar en manada todo el tiempo. No puede llegar una porque ahí viene la bola de cabronas detrás. No, si parecen plaga.
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Ah, pero además astutas, calculadoras las hijas de la chingada... aparte de gorronas, porque llegan juntas pero no se avientan todas de madrazo; van apareciendo una por una en el momento que se saben menos bienvenidas.
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Apenas empiezas a disfrutar que ya te sacudiste una -y todavía te dejan hacerlo-, cuando ¡madres!, ahí está la que sigue... y la otra... y las demás... burlándose, cagándose de risa de la chinga que te ponen.
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Y claro, tú de pendej@ dejando que satisfagan sus deseos más bajos y se regodeen con ello, ¿pero qué vas a hacer?
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Parásitas. Jódanse.
2 comentarios:
Que hacer...???
Como deminios saberlo... si ni siquiera dejan que pienses como atacarlas o como contenerlas!!!
No se tú, pero a mi en lo personal, la maldita ley de Murphy ya me trae de encargo... señor ojete!!!
Te dejo saludos... ah y te linkeo.
Pa' cuando el otro?
Saludos niñooooooooo!!!
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